viernes, 29 de febrero de 2008

PoEmAs InÉdItOs dE AlBeRti

Aquí... aquí... donde tú estuviste

Donde estuvo ya inmóvil tu cuerpo...

Aquí... aquí... a esta luz amarga

De color siglo XIII y muy viejo...

Quiero hacer este verso

Triste,

Muy triste

Como rayo de luna sobre el Campo Muerto

Me encuentro.

¡Y ahora sí que estoy solo!

Unas luces enfermas de color ceniciento...,

Un Cristo...,

Unas flores mustias de blancor enfermo...

¡como cuando estaba ya inmóvil

tu cuerpo!

¡Tu cuerpo! :

largo y abultado como las estatuas del Renacimiento. ;

y la túnica humilde... de pliegues helénicos... ;

y tus manos místicas...

¡Oh, las ascéticas manos

de los muertos!

¡Oh, el color, el color de los muertos! :

Color de llanura cuando ya hace frío...

Color de este verso.

Aquí... aquí: ¡Como aquella noche!

Me acuerdo de mi juramento,...

Que te hice temblando... temblando...

Al oído...

¡ya sin eco!

Y ahora:

Quiero

Renovar "aquello"...

Y seguir siendo bueno,

Muy bueno...

Aquí, aquí, donde tu estuviste... ;

Donde estuvo ya inmóvil tu cuerpo...

Aquí... aquí...: a esta luz amarga

De color siglo XIII y muy viejo...:

Hice

Este verso.

Julio MCMXX III

Ingenuidad

A Chinita

Todavía no tiene diez años... Pero

¡Qué importa!

Ella, inocentemente me quiere... pero

con una inocencia tan grande!... que

inocentemente yo también la quiero...

Todavía no tiene diez años...; pero...

¡Qué importa!

Su primitivismo no sabe de "eso"!

No sabe de "eso"

Que

desgraciadamente yo supe hace poco tiempo,

muy poco tiempo.

Su primitivismo no sabe de "eso";

Sabe de otras cosas: leyendas de Wagner...

¡Oh qué lindo, qué lindo, aquello del Cisne,

contado por ella! "Aquel Caballero..."

¿Y cuentos?

Sabe "Pulgarcito" y la "Bella Durmiente del bosque"...

Siempre que termina de contar sus cuentos,

se sube a mi falda, y sus brazos me los echa al cuello...

y nos damos un beso muy largo, muy largo,

como "aquel caballero"...

Y nos damos un beso.

¡Un beso!... ¡Qué importa!

Es tan inocente!... Además me quiere...

e inocentemente yo también la quiero...

¡Un beso!... qué importa!...

¡Qué importa

que sea muy largo, muy largo,

si es un beso de Cuento...

¡Qué importa!

Dejadnos:

Su primitivismo no sabe de "eso"!;

No sabe de "eso",

que,

desgraciadamente yo supe hace poco tiempo,

muy poco tiempo.

Julio MCMXX III

"Es una frente la que hoy pide auxilio"

Es una frente la que hoy pide auxilio partida y dejada sobre las extensiones donde los

buitres le declaran la guerra al viento y a la lluvia.

Los barrotes más fríos me llevan a las llamas.

Mañana será otro día y un alma desertora no dispondrá ni de un pequeño pie de aire para

vanagloriarse de sus crímenes.

Aquí es donde las manos más aburridas tienen forma de punzones helados.

¿Quieres mirar cómo se empaña de odio el acero orinado de las tibias?

Me joden todos tus muertos.

Hay una estrella hacia el norte que te vomitará la viruela,

un cometa hacia el sur que arrasará tu lengua en la sangre lunar de las mujeres,

las vacas del oeste ya no paren más que un humo coagulado de moscas.

¿Qué buscas hacia el este si el mar es el último gargajo desprendido del Gran Ano Supremo?

Lloro y me la meneo ante los sagrados cojones de la Virgen.

GeNeRaCIOn dEl 27

Han entrado en el siglo XXI en un estado inmejorable, conservando intactos ese deseo de modernidad, ese reto de cruzar fronteras estéticas y confluir con las vanguardias europeas, ese anclaje en la tradición como seno donde todo nace y nada muere. La generación del 27 fue aquella luz que irradió con voltios poéticos toda la cultura de lo que se ha denominado después la Edad de Plata, en un término que inventó el crítico y profesor de literatura de la Universidad de Zaragoza José-Carlos Mainer.

Es un grupo que sigue y seguirá asombrándonos con nuevos descubrimientos, como los primeros poemas de Rafael Alberti, que se salen ahora a la luz gracias a una investigación que la filóloga Beatriz Hernanz presenta en este número de Babelia y que muestran ya en el poeta adolescente los rasgos de quien fue después.

Se cumplen ahora 80 años del nacimiento de este grupo poético. Salieron a la luz en aquella reunión en el Ateneo de Sevilla montada para homenajear a don Luis de Góngora, el padre a quien todos mostraban debido respeto, el símbolo de la pureza poética, el faro que habían elegido como luz para navegar sin que pudieran todavía percibir las tormentas del naufragio. Tampoco vislumbraban entonces todo lo que el destino les tenía deparado y que acabó con un país roto en pedazos después de una guerra en la que todos perdieron, unos más que otros.

Asombra de todos modos, con el tiempo, cómo aquella tragedia no truncó su creatividad y que la determinación de ser poetas pervivió en ellos, incluso con más fuerza, desde el exilio, desde el silencio impuesto, desde la ignominia a la que muchos se vieron condenados. Eligieron el lenguaje como refugio, en sus dimensiones más nobles. Le devolvieron el poder a la palabra. En eso también demostraron ser ejemplares. En el compromiso insobornable, en el dolor, en la búsqueda desde el destierro, en el infierno interior. Todos ellos siguieron el camino de la creación sin plantearse nunca una renuncia.

Quizás esos vaivenes vitales de la mayoría fueron los que los hacen siempre impredecibles. Una caja de sorpresas que obliga a muchos expertos a plantearse si se ha estudiado a fondo toda su huella, si no quedan aspectos en los que profundizar, en los que ahondar. Como ese Rafael Alberti joven descubierto por Hernanz, un Alberti adolescente "en el que ya hay un esbozo de lo que fue en el futuro como creador", asegura la filóloga y poeta cuyos descubrimientos obligarán a los estudiosos a replantearse muchas cosas sobre el autor de Marinero en tierra.

Novedades de ese calibre nos indican que no ha terminado de estudiarse con todas sus consecuencias la generación del 27. Muchos lo creen así, otros no lo ven del todo cierto. Entre otras cosas porque es una de las que más a fondo se ha estudiado, sostiene el propio Mainer: "Tengo la impresión de que se trata de uno de los grupos mejor conocidos de nuestra historia literaria, si todas las épocas se hubiesen estudiado así, otro gallo nos hubiera cantado".

Pero quedan aspectos importantes sobre los que adentrarse más. La conmemoración de los 80 años de la reunión del Ateneo sevillano servirán para esas cosas. Para recuperar antologías también, como la de Gerardo Diego, la que muy tempranamente marcó el canon e incluyó a la mayoría de los que después pervivieron en ella. José Teruel, profesor de la Universidad Autónoma, ha llevado a cabo una reedición de aquella selección legendaria que lanzó a una serie de poetas desconocidos. "La nueva edición presenta en un único volumen las dos antologías de Gerardo Diego en 1932 y 1934, además de otro elemento sustancial, un prólogo de 1959", afirma Teruel.

Las dos respondían a aspectos muy diferentes: "Una, la primera, era generacional y la otra, histórica, algo que con el tiempo, desde que se reeditaran en 1959, había quedado confuso hasta hoy", dice el profesor. Ya en 1932 estaban en la lista Pedro Salinas, José Moreno Villa, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Juan Larrea, García Lorca, Alberti, Aleixandre, Cernuda, Altolaguirre, el propio Diego, junto a consagrados y no miembros del 27 como los hermanos Machado, Unamuno, Juan Ramón Jiménez... "Esa edición fue una plataforma generacional, mientras que la siguiente trata de incluir a ese grupo en su contexto", comenta.

Algunos se autoexcluyeron después. El caso de Emilio Prados y de Juan Ramón Jiménez, que quiso hacer causa aparte y no aparecer en ninguna antología. Fue quizás la primera gran polémica. Fue también una muestra de custodia celosa de un reino, el de la poesía en España, que él ostentaba con corona por aquellos días. Juan Ramón para muchos de ellos era el padre al que acercarse y a también destruir, el símbolo de algo pasado, pese a que el tiempo le ha colocado en un lugar de culto y por delante en muchos aspectos. "Aquello creó una relación tensa con sus discípulos", apunta Teruel.

Pero habrá más antologías. Una nueva, como la que ha preparado Andrés Soria, de la Universidad de Granada, que será publicada por Visor. "Está concebida como si fueran salas de un museo", asegura Soria, "en épocas y periodos históricos muy delimitados", comenta. También este experto en el 27 es el comisario de una exposición sobre el 80º aniversario de la reunión del Ateneo que se verá en Madrid y en Málaga y que ha sido impulsada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales y por el Centro de la Generación del 27, dirigido por Julio Neira, que tiene sede en la ciudad andaluza. La exposición analiza ese grupo poético más allá de sus conquistas literarias: "Observa el 27 de una manera más global, con sus implicaciones en toda la cultura y también en sus aspectos sociológicos", adelanta Soria.

El experto granadino cree que éstas son enormes y que deben analizarse siempre de manera global. "La música, el cine, el arte, quedan marcados por esa mirada. En la música, al igual que los poetas volvieron la vista al barroco, Falla o Halffter se fijaron en Scarlatti o el padre Soler". También, en la voluntad de creadores totales que alentaba a muchos de sus miembros, existía ese impulso. "El mismo Federico o Gerardo Diego reivindicaban el acercamiento a la música popular y a otras propuestas nuevas como las que encarnaban Stravinski, Béla Bartók, Ravel", comenta Soria.

Buscaban frenéticamente lo nuevo, querían salir del cascarón, de la endogamia llorona en la que les habían encerrado sus mayores del 98. Eran los tiempos esplendorosos, "los felices años veinte", recuerda Mainer. Un tiempo tremendamente explosivo, creativo hasta la extenuación, un viento que arremolinó un conjunto de talentos irrepetible y desgraciadamente truncado por la guerra que ha quedado para la posteridad y la historia como un milagro. "Es que el más tonto de todos ellos hacía relojes", asegura Soria.

Las diferencias entre el 27 y el 98 siempre han sido atrayentes. Aunque no han resultado tantas, ni tan desmesuradas como muchos han querido señalar. "El 98, pese a venir de una España traumatizada, no fue un movimiento aislado de este país. Existió un 98 europeo", dice Mainer. "Cierto que hubo una invitación a la introspección, pero impensable sin influencias exteriores". Sí que se apreciaba diferencia de caracteres. "Los miembros del 27 fueron más lúdicos", continúa Mainer. También más ansiosos de empaparse con nuevos caminos externos. "No sólo en la literatura. En el cine, Buñuel y Dalí, poetas visuales de la generación del 27, se marcharon a París para conquistar los centros de la vanguardia y el surrealismo, concretamente", dice Andrés Soria. A arrebatarle el cetro a André Breton, incluso, sin pararse en barras, ni en miramientos.

Su capacidad iconoclasta también fue más radical. Que esto es el canon, pues a por él; que Juan Ramón es la figura central de la poesía española, pues a bajarlo entero del pedestal. Crearon sus propios santones, sus propios altares. Que Góngora era demasiado oscuro para los académicos, pues a Góngora nos encomendamos; que en algunos casos hay que matar al padre, lo matamos y de paso nos pasamos todo por el forro, la familia, las instituciones, la Iglesia con todos sus santos. "Respondían muchos a una voluntad de artistas completos, de rebeldes con códigos firmes", agrega Soria. Es algo que demostraron a las claras Buñuel y Dalí, que con Un perro andaluz y La edad de oro firmaron los dos títulos más incendiarios de la historia del cine español. O lo que representó para los años treinta en España, la poesía de Luis Cernuda, y su mundo de Los placeres prohibidos.

Pero en literatura, el desafío estético era igual de profundo, perseguía la misma llamada. "La curiosidad, las ganas de digerir ciertas corrientes en una Europa que era aquel carrusel de las vanguardias", asegura Soria. En todos se hacía palpable la voluntad de alejarse de nacionalismos, de casticismos. "Ni siquiera en el exilio les asaltó esa tentación de dejarse llevar por el lamento de la patria perdida. Se ve por ejemplo en la correspondencia entre Jorge Guillén y Pedro Salinas, que huye del provincianismo ciego y de etiqueta", comenta Soria.

Unos terminaron en Europa, otra gran mayoría en Estados Unidos, en América Latina, desperdigados por universidades, promoviendo revistas literarias y editoriales. "Conocían la importancia de las revistas, esas publicaciones les habían formado como generación", asegura Soria. Y escribiéndose cartas. Cartas que han quedado en archivos familiares, muchas todavía por estudiar, por clarificar. Algo que está haciéndose con el Proyecto Epístola, que dirige Mainer.

Pero quedan más cosas para acercarse más íntimamente a la obra de todos estos autores mayúsculos. Cotejar originales, por ejemplo. "Hay que ver su trabajo en los borradores, compararlo con cosas publicadas", asegura Teruel, que ha tenido la oportunidad de hacerlo con Cernuda y ha redescubierto muchos aspectos del poeta.

El 27 está abierto, espera lecturas y relecturas. "La investigación genera inercias y debemos transitar caminos que nos alejen de generalizaciones. Es una cantera no agotada", añade Soria. También otros aspectos dejados de lado en estos autores. El teatro, la prosa. "La de Gerardo Diego, por ejemplo, que no está suficientemente estudiada", cree José Teruel.

Y poetas que han estado en la segunda fila, que han cobrado relevancia con el tiempo. "José María Hinojosa, Larrea, Villalón o Emilio Prados, hay que seguir trabajando en ellos", comenta el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid. Autores que posteriormente fueron ganando el aprecio también de sus compañeros de generación. "Esa tensión entre los más reconocidos y los demás siempre va a existir. El caso de Domenchina es llamativo. Le despreciaron por intrigante y por su carácter complicado, pero se reconciliaron con él después de que aparecieran en México unos sonetos del exilio magistrales. Emilio Prados también dio lo mejor de sí en el exilio", afirma Soria. O dentro, el caso de Dámaso Alonso cuando publicó Hijos de la ira, con esa descripción de Madrid como la ciudad de más de un millón de cadáveres. "Fue más trágico que el Cela del tremendismo", asegura Soria.

Mainer sin embargo cree que cada uno está en su justo sitio. "Emilio Prados con su experiencia personal insistente nunca tendrá una lectura tan deslumbrante como la que ofrece la variedad y el acierto de Lorca o el mundo de Guillén. No dejan de ser las suyas obras de cámara frente a las sinfonías de estos dos últimos", comenta con más severidad crítica.

Cada época elige a los suyos. "Todos, por decirlo de alguna forma, fluctúan en el Ibex 35. Como en la Bolsa, sus cotizaciones se alteran por diversos motivos. Ahora, por ejemplo, Guillén baja, y Lorca o Aleixandre, suben", dice Mainer. Es la implacable vara del tiempo. Generosa con unos, cruel con muchos otros. Aunque en general, con la generación como grupo, ha sido benévola. Quizás como lo fueron ellos con ese pasado que fueron a recuperar. "Fue una generación ejemplar, orgullosa de sí misma y que se forjó con naturalidad. Uno de los secretos de su perduración tan poderosa en el tiempo es precisamente ese diálogo entre tradición y modernidad", afirma Mainer.

Incluso eclipsa a muchos otros. "Tiene muchos afluentes y oscurece a los que llegan después, en los años treinta. Los poetas posteriores, los Rosales, Panero, Vivanco, avanzan con temores y dudas probablemente por la predominancia del 27", añade el catedrático de la Universidad de Zaragoza. -

viernes, 22 de febrero de 2008

ViCeNtE AlEiXaNdRe

4.5. VICENTE ALEIXANDRE.
Nace en Sevilla en 1898. A los dos años es trasladado a Málaga y en 1909 a Madrid. Dedicó toda su vida a la poesía (su salud precaria le impidió trabajar). Recibe el premio Nobel en 1977. Muere en 1984. Su obra está muy influida por el surrealismo (Cernuda dijo de Aleixandre que era el mayor poeta que había dado este movimiento). En 1931 define la poesía como "clarividente fusión del hombre con lo creado", "aspiración a la unidad"; "Poesía es conocimiento" (antes que belleza; las palabras no son bonitas o feas, simplemente necesarias); "el poeta es una conciencia puesta en pie hasta el fin". Destacan sus metáforas visionarias, sus imágenes cósmicas y telúricas, de gran originalidad. Usa el verso libre (con tendencia al alejandrino) y, en general podemos decir que es una poesía "difícil" (en menor grado en su 2ª etapa). Su obra suele dividirse en tres etapas: 1)Visión pesimista del hombre: imperfección, dolor, angustia, fragilidad. Aleixandre envidia al vegetal, al mineral insensible. Desea volver a la tierra, fundirse con la Naturaleza y participar de la unidad de ésta. Destacan los libros Ámbito (1928),Espadas como labios (1930-31) La destrucción o el amor y Sombra del paraíso. La destrucción o el amor (1932-33). La pasión amorosa se confunde con una pasión por la muerte liberadora. Grandes poemas amorosos. Sólo se llega al amor total cuando el amante se destruye en la llama amorosa para nacer, vivir, en la sangre del ser amado. Es obra de misticismo panteísta. Sombra del paraíso (1939-1943) es su obra cumbre. El poeta desea un edén libre de sufrimiento y de muerte. Ansía una existencia pura y elemental. 2)Abandono del surrealismo. El hombre se ve ahora positivamen-te. La solidaridad lo engrandece. El poeta se funde con el pueblo y se convierte en su voz. El hombre no está solo. Historia del corazón (1945-1953). El poeta canta el vivir de la indefensa criatura humana (Bousoño). En la misma línea se encuentra En un vasto dominio (1958-62) 3)Poemas de la consumación (1968) supone un nuevo giro en la poesía de Aleixandre. Añora la juventud y canta, entre trágico y sereno, la consuma-ción de la existencia. El estilo es más escueto y denso, con toques surrealistas.

PeDrO SaLiNaS

4.1. PEDRO SALINAS.
Nace en 1892 en Madrid. Profesor universitario en Sevi-lla, Murcia, Cambridge, Boston... Muere exiliado en Boston en 1951. Los tres elementos básicos de su creación son "autenticidad, belleza e ingenio". El ingenio permite ahondar en los senti-mientos y acercarse así a lo absoluto, superan-do las anécdotas concretas. Es un autor perfeccionista, pero de gran sensibili-dad. Es el principal poeta del amor de su generación. Podemos distinguir tres etapas en su producción: 1)Hasta 1932. Poesía pura bajo el influjo de Juan Ramón Jiménez: Presagios (1923), Seguro azar (1929) y Fábula y signo (1931). 2)1935-1939. Poeta del amor. Amor antirromántico (no es un amor atormentado ni sufrido). El amor supone un enriquecimiento de la vida y la persona, confiere sentido al mundo. La voz a ti debida (1933), Razón de amor (1936) (algo más pesimista, aparecen los límites del amor) y Largo lamento (1939) (de tono elegíaco: le canta al amor que agoniza y muere. 3)Tras la guerra. Libros de poemas en lo que se observa una lucha entre su fe en la vida y los signos angustiosos que ve a su alrededor. El Contemplado (1946), Todo más claro (1949), Confianza (1955; libro póstumo que recoge poemas escritos entre 1942-44). Destacamos de Salinas su concepto del amor: amor antirromántico (la amada es vista como amiga); la amada saca de la duda al amante, de su nada anterior, le inventa un mundo, lo salva del caos. El amor es una prodigiosa fuerza que da plenitud a la vida y que confiere sentido al mundo. Por él, el poeta ama la vida y dice que sí al mundo. Se han señalado las relaciones de Salinas con Guillén: van a la realidad, buscan su esencia para hacerla lírica. Se diferencian en que Salinas es más subjetivo y amétrico; Guillén posee una más fuerte voluntad objetivadora y utiliza mayor regularidad métrica.

GeRaRdO DiEgO

4.3. GERARDO DIEGO.
Nació en Santander en 1896. Catedrático de Lengua y Literatura en diversos institutos. Premio Cervantes en 1979. Murió en Madrid en 1987. De él es la primera antología de la Generación (1932) Gerardo Diego sorprende por la variedad en su poesía. Variedad de temas, de tonos, de estilos. Afirmaba que "yo no soy responsable de que me atraigan simultáneamente el campo y la ciudad, la tradición y el futuro; de que me encante el arte nuevo y me extasíe el antiguo; de que me vuelva loco la retórica hecha, y me torne más loco el capricho de volver a hacérmela -nueva- para mi uso particular e intransferible". Cultiva, pues, tanto poesía clásica y tradicional como vanguardista. Entre otras, escribe El romancero de la novia (1918; lírica tradicional con acento moderno), Imagen (1918-1925; libro creacionista; en la misma línea escribió Manual de espumas o Poemas adrede), Versos humanos (1918-1924; Premio nacional de poesía. Contiene el famoso soneto al ciprés de Silos), donde reúne algunos grandes sonetos... Su mejor obra "clásica" es Alondra de verdad, de 1941. Tras la Guerra Civil se volvió más tradicionalista. Trató todo tipo de temas: religioso, amoroso, taurino, musical, pueblos de España... G.Diego es la mejor imagen de la síntesis entre tradición y renovación. Es un gran maestro del arte de versificar, a lo que añade sensibili-dad y sabiduría.

jOrGe GuiLLéN

4.2. JORGE GUILLÉN.
Nace en Valladolid en 1893. Como Salinas, fue profesor univer-sitario (Sevilla, Oxford, Murcia). En el exilio estuvo en EE.UU. y en Italia. Regresa a Málaga, donde muere en 1984. Recibió el premio Cervantes en 1977. Guillén es el máximo representante de la poesía pura dentro de su Generación. En sus poemas se observa una estili-zación de la realidad, una depuración hasta quedarse con lo más esencial de las cosas. Parte de la realidad y extrae de ella ideas, sentimientos quintaesenciados.Su estilo está al servicio de dicha depuración. Posee un lenguaje muy elaborado, muy selectivo, rigurosamente tratado, pulido, que renuncia al efectismo: una poesía fría (sobre todo en un primer contacto), difícil, pero de gran calidad artística: ansia de perfección; afán de luz, de claridad. Domina a la perfección las estrofas clásicas, sobre todo las décimas y los sonetos. Las influencias más destacables son las de Valéry (poesía pura), Baudelaire (por su organización poética en un solo libro) y Whitman (por su júbilo, su exaltación de lo vital). También influyen los clásicos españoles: Berceo, el Romancero, Gil Vicente, Machado, Juan Ramón, Unamuno. Especial relevancia adquieren San Juan de la Cruz y fray Luis de León. No en vano se ha hablado del "misticismo" en la poesía de Guillén, de su deseo de descubrir, captar y expresar la armonía reflejada en el mundo. Guillén concibe su obra como un todo, al que da el nombre de Aire nuestro. Se incluyen cinco ciclos, entre los que destacan Cántico (1919-1950), Clamor (1950-1963) y Homenaje (1967). En Cántico se recogen 300 poemas escritos desde 1919 a 1950. La obra es una expresión del entu-siasmo de su autor ante el mundo. "El mundo está bien hecho". La vida es hermosa por el simple hecho de ser vida. "Ser. Nada más. Y basta. Es la absoluta dicha." Cántico es un "sí" a la vida, un deseo de vivir "más". Es, pues, una visión antirro-mántica del mundo. Canta Guillén al amanecer y al mediodía; prefiere la primavera. Nos habla de luz, aire, pájaros, árboles, ríos, mar. También de cosas cotidianas: mesa, sillón, café, calle... Todo adquiere presencia poética. Por eso el tiempo usado es el presente. El amor no es sufrimiento, sino cima del vivir. Llama la atención cómo Guillén conjuga en perfecto equilibrio su existencialismo jubiloso con un cauce formal riguroso. En Clamor, "Tiempo de historia", Guillén da un giro: se observa una protesta ante los horrores y las miserias del momento histórico. El poeta es optimista, pero no por ello deja de ver los defectos del mundo: "Este mundo del hombre está mal hecho". El poeta se alza contra el dolor. También aparece el tema de España: la guerra, el exilio, la dictadura. De ahí su afirmación: "poesía bastante pura, ma non troppo". Clamor se divide en tres partes: Maremagnum (1957; denuncia de tiranías e injusticias; verso libre: no es perfecta la forma, porque el mundo ya no se percibe como perfecto); Que van a dar en la mar (1960; meditaciones sobre el pasado); A la altura de las circunstancias (1963; Angustia; tema de España).

RaFaEl AlBeRtI

4.7. RAFAEL ALBERTI.
Nació en el Puerto de Santa María en 1902. Estudió con los jesuitas. De allí irá a Madrid en 1917. En 1925 recibe el Premio Nacional de Literatura por su obra Marinero en Tierra (ex-aequo con G.Diego). Afiliado al P.C.E., abandona España al concluir la Guerra Civil. Reside en París, Argentina y Roma. En 1977 regresa a España. En 1983 recibe el Premio Cervantes. En la obra de Alberti se da una gran variedad de temas, tonos (del humorístico y juguetón al angus-tiado) y estilos (poesía pura, tradicional, popular, barroca, vanguardista). En 1931 descalificó toda su poesía anterior, llamándola "poesía burguesa" y se dedicó a hacer poesía "revolucionaria". Senabre destaca su continua vuelta a sus raíces, la búsqueda ininterrumpida de la arboleda perdida, la irreprimible nostalgia por lo perdido: su tierra, el mar, España... Etapas en su obra (no siempre cronológicas): 1)Lírica neopopular: Marinero en Tierra (1924). Nostalgia del mar (=pureza) y su tierra natal. La amante (1926). El alba de alhelí (1927). 2)Barroquismo y vanguardismo. Cal y canto (1926-27). Gongorino y futurista a la vez. Gran dominio de la técnica. Trata el mundo de los mitos modernos Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos (1929). Dedicado a las figuras del cine mudo. 3)Surrealismo: Sobre los ángeles (1929). Responde a una crisis religiosa y vital del poeta. Es, quizás, su obra maestra. Está escrita en versos libres, cortos al principio, progresivamente mayores (versículos). El poeta se ve sin luz para siempre, expulsado del paraí-so perdido. Va errando por un mundo caótico y sin sentido. Los "ángeles" simbolizan la crueldad, la tristeza, la desesperanza, la muerte... es decir, distintos aspectos del Hombre. En la misma línea surrealista escribe Sermones y moradas (1929-30). 4)Poesía cívica. Poesía social y política, revolucionaria. Elegía cívica (Con los zapatos puestos tengo que morir) (1930), El poeta en la calle (1930-31), 13 bandas y 48 estrellas (1930), Poemas del mar Caribe (1936), De un momento a otro (1938). Es una poesía de urgencia, a veces buena, a veces panfletaria. 5)Poesía en el exilio. Mezcla diversos estilos: obras sobre el destierro, de añoranza; poesía política (Coplas de Juan Panadero)... Destaquemos Roma, peligro para caminantes y Retornos de lo vivo lejano

DáMaSo aLoNsO

4.4. DÁMASO ALONSO.
Nace en Madrid en 1898. Profesor universitario de gran presti-gio. Fue director de la Real Academia. Premio Cervantes en 1978. Muere en 1990. Está considerado como el principal crítico de la Genera-ción del 27. Sus estudios de Estilística son muy apreciados. Como poeta está a menor nivel que sus compañeros de Generación (él mismo se considera un "segundón"; se autodefinió como "poeta a rachas"). Comenzó dentro de la poesía pura (Poemas puros; Poemillas de la ciudad (1921), pero su mejor obra, sin duda, es Hijos de la ira (1944), obra fundamental en la posguerra española. Reconoce que tuvo que venir la tragedia nacional para escribir su poesía más auténtica, para escribir con libertad, ya que la poesía deshumanizada anterior no era su fuerte. Es una obra de "poesía desarraigada"; el mundo "es un caos y una angustia; la poesía una frenética búsqueda de ordenación y de ancla". Es una poesía existencial, pues. Hijos de la ira es un grito de protesta contra las injusticias, el odio, la crueldad. El poeta pregunta con desgarro a Dios sobre el sentido de tanta podredumbre. Es una obra escrita en versículos, que rompe con el formalismo retórico imperante. En 1955 escribe Hombre y Dios. Supone la presencia y reconocimiento de Dios (J.L.Cano). Dios se realiza en el Hombre, ve la creación a través de los ojos del Hombre

FeDeRiCo gArCíA LoRcA

4.6. FEDERICO GARCÍA LORCA.
Nació en Fuentevaqueros (Granada) en 1898. En 1919 ingre-sa en la residencia de Estudiantes de Madrid. Becado por ella, de 1929-30 viaja a Nueva York. De vuelta a España, funda un grupo teatral universitario, "La Barraca" (1932) para difundir el teatro clásico español. Es fusilado en 1936. Su personalidad tiene dos facetas contrapuestas: de un lado, era optimista y vital; de otro, pesimista, angustiado, íntimamente frustrado (se sentía marginado). Destaca como poeta y dramaturgo. Veremos su primera faceta. Es un poeta muy riguroso, en él se aúnan inspiración y técnica. E.de Zuleta destaca esta doble vertiente de la producción lorquiana: captación espontánea, intuitiva, de contenidos y formas; proceso de consciente artesanía. En su poesía aparecen unidas la pasión y la perfec-ción, lo humano y lo estéticamente puro, lo popular y lo culto. Le atrae la poesía tradicional, el cante jondo, los cancioneros del XV y XVI, la poesía arábiga, Góngora, Bécquer, Rosalía, Juan Ramón, Machado, Carrere, Unamuno, Darío, Vallejo, Neruda... en todas sus obras late un tema principal: el sentimiento del destino trágico del Hombre, la imposibilidad de realización del ser humano. Sus principales obras son:
Poema del Cante Jondo (escrito de 1921-24; publicado en 1931). Es el libro de "la Andalucía del llanto"; Lorca expresa su dolor ante la vida a través de los cantes de nuestra tierra.
Romancero Gitano (1924-27; publicado en 1928). Fue un gran éxito. Lorca se preocupa por los hombres marginados y sus tragedias. Aparece el tema del destino trágico del hombre.
Poeta en Nueva York (1929-30) refleja el impacto que la gran ciudad produjo en Lorca. Se advierte el ahogo y la rebe-lión contra un mundo deshumanizado. Los temas del libro son el materialismo, la esclavitud del hombre por la máquina, la injusticia social... Una parte está dedicada a los negros (también marginados, como los gitanos). Es un libro donde lo social adquiere gran importancia: el poeta sintoniza con todos los hombres que sufren. Es una obra surrealista, escrita en versos libres. Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935) es una gran elegía a la muerte del torero amigo. Fusión magistral de lo popular y lo culto.
Sonetos del amor oscuro, once sonetos que destacan la maestría de Lorca

LuiS CeRnUdA

4.8. LUIS CERNUDA.
Nace en 1902 en Sevilla. Allí fue alumno de P.Salinas. Partidario de la República, se exilia en 1938. Viaja por G.Bretaña y Estados Unidos y muere en México, en 1963. Soledad, dolor, sensibilidad... son notas características de la personalidad de Cernuda. Su descontento con el mundo y su rebeldía se deben, en gran medida, a su condición de homosexual, a su conciencia de ser un marginado. Admite ser un "inadaptado". Sus principales influencias proceden de autores románticos: Keats, Hölderling, Bécquer... También de los clásicos, en especial de Garcilaso. Hay una voluntad de síntesis muy propia del 27. Su obra se basa en el contraste entre la su anhelo de realización personal (el deseo) y los límites impuestos por el mundo que le rodea (la realidad). Es una poesía de raíz romántica. Los temas más habituales son la soledad, el deseo de un mundo habitable y, sobre todo, el amor (exaltado o insatisfecho). Posee Cernuda un estilo muy personal, alejado de las modas. En sus inicios toca la poesía pura, el clasicismo y el Surrealismo, pero a partir de 1932 inicia un estilo personal, cada vez más sencillo (de una sencillez lúcidamente elaborada), basado en un triple rechazo: -De los ritmos muy marcados (uso fundamental de versículos). -De la rima. -Del lenguaje brillante y lleno de imágenes: desea acercarse al "lenguaje hablado, y el tono colo-quial" (lenguaje coloquial que esconde una profunda elaboración. Desde 1936 Cernuda reúne sus libros bajo un mismo título: La realidad y el deseo, que se va engrosando hasta su versión definitiva, en 1964. Esta obra está formada por varios ciclos: 1)Inicios: poesía pura (Perfil del aire, 1924-27; fue muy mal recibida; D.Alonso declara que aún estaba "inmaduro") y clásica garcilasiana (Égloga, elegía y oda, 1927-28) 2)Surrealismo: Un río, un amor, 1929; Los placeres prohi-bidos, 1931. 3)Su obra capital es Donde habite el olvido (1932-33), con un lengua-je ya propio; es un libro desolado y triste, tremendamente sincero. En esta línea se sitúa Invocaciones a las gracias del mundo (1934-35), que incluye el poema "Soliloquio del farero", sobre el tema de la soledad. Tres temas fundamentales en esta obra: la belleza de los cuerpos masculinos, el destino del artista, la filosofía de la soledad. Después de la guerra continúa con su línea de depuración estilística, y trata temas como el de la patria perdida, recordada con añoranza o rechazada. Persiste su amargura. Desolación de la quimera (1956-62): es un balance final, sin retractarse ni disculparse. En prosa escribe Ocnos (1942) evocación de Andalucía desde la distancia y Variaciones sobre tema mexicano. También fue un crítico literario bastante agudo. Y traductor (de Hölderlin y Shakespeare).